ella es dueña de una fisonomía avasallante
de aspecto impoluto,
de una apariencia encantadora
que con sus rasgos nórdicos
y su etnia escandinava
me enamoró.
Si, lo admito, me enamoré de su belleza
de lo estéticamente hermoso de su apariencia
de su rostro perfectamente hegemónico
y su semblante cautivante,
que nunca deja de exhalar feromonas al aire
que hace hervir mi vientre
con una pulsión sexual desmesurada
que solo enriquece su belleza.
me excito al verla,
imaginándola desnuda galopando sobre mi,
y mirando su rostro a través de sus pechos pequeños,
con una sonrisa de soslayo perfectamente asimétrica
que desde una boca entreabierta,
no deja nunca de exhalar una melodía sexual,
que genera euforia y pasión en mi.
la belleza, tanto como Dios, esta en estos detalles.
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