lunes, 27 de abril de 2020

De los lugares y las proyecciones







Siempre poniéndome en lugares que yo jamás te pedí estar, siendo un sujeto al que amoldaste a tu necesidad temporal para reafirmar tu convicción momentánea, que te de una identidad para ser y no morir.

Haces propia la empatía altruista, la pones en una pancarta para verla a diario y la haces piel con tinta, pero nunca te preguntas:
 ¿Quien elige donde empatizar cuando el dolor quedó de un solo lado?

Me convertiste en un macho autista impasible que patológicamente te destruye, pero si tan solo pusieras algo de la energía que hoy le pones al desprecio que proyectas en mi, podrías entender que ignorarme se convirtió en tu nuevo acto de fe. 

Alguna vez, tal vez, entiendas que si la empatía es solo tuya, no hay revolución afectiva posible.

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