Estas muerta
con tus palabras
apiladas en el piso.
Te encontró el animal hambriento
que te devoró por dentro,
que te acompaño día a día
acechándote en cada minúsculo acto.
Aún sabiendo que al pronunciar
su palabra final
en el aullido del estertor
no había vuelta atrás.
Fuiste la triste presa de su hambre
que con lujuria feroz
incontrolable
dejaste que te lastimara
sobre la hendidura.
Sabiéndote débil
y con falta de soberbia
al practicar tu arte del descuido
te convertiste en un ser sin forma
que solo la muerte le dio sentido.
Estas muerta y alguien tapó tu nombre.
Si lo que te queda es vida
enseñame
mostrame que tanto te amas
clava tus uñas en mi carne
salí de tu mundo
y despertame
de este patético sueño.
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